Inteligencia emocional es la capacidad de
conocer y regular nuestras emociones y las de los demás. Si tenemos alta
inteligencia emocional podremos escoger la mejor opción emocional y relacional para
cada momento.
Qué son las emociones y qué las causan
Una emoción es una respuesta que nuestro organismo emite de manera innata ante un estímulo. Todos sentimos todas las emociones. Todos hemos sentido por ejemplo alegría, sorpresa, miedo, asco, seguridad, curiosidad… Y esa respuesta cambia nuestro pensamiento, nuestra fisiología (ritmo respiratorio, tasa cardiaca, boca seca, piel de gallina) y nuestra conducta.
Al ser respuestas adaptativas, debemos atenderlas de manera adecuada. Cuando intentamos, de manera continuada, negar la existencia de una emoción, nos hace sentir confusos y mal. Este no es un mal menor, con frecuencia respondemos con problemas de salud física ante problemas emocionales.
Cual es su función
Activar el organismo para cubrir una necesidad. Por ejemplo si sentimos alegría tenderemos a quedarnos en ese sitio, a prolongar la sensación agradable, a compartirla con otros para agrandarla, estaremos cuidando la necesidad de vínculo con otras personas. Si sentimos curiosidad tenderemos conductualmente a mostrar interés, a querer saber más, cuidaremos de esta manera la necesidad de desarrollo. Si sentimos miedo tenderemos a la huida, a evitar ese estímulo que nos provoca la sensación de miedo y poder sobrevivir así a una posible amenaza. O si sentimos tristeza querremos desaparecer aunque sea por un tiempo para permitir un espacio a nuestra capacidad reflexiva.
Todas las emociones nos informan sobre necesidades básicas que debemos cuidar:
- Sobrevivir.
- Mantener el grupo.
- Desarrollo y logro.
Existen trastornos emocionales
Lo que empieza siendo una emoción sana, puede llegar a convertirse en un estado de ánimo si permanece en la persona durante un periodo de tiempo significativo. Los trastornos emocionales más comunes son la ansiedad y la depresión.
Los trastornos emocionales son alteraciones aprendidas, fallos en la regulación emocional, que pueden provocar disfuncionalidad.
Identificar y gestionar las emociones va a resultar determinante en nuestra manera de afrontar la vida, en nuestra forma de resolver los problemas que forman parte de esta.
La evaluación de los trastornos emocionales debe tener en cuenta:
• Alteraciones en las respuestas emocionales.
• Naturaleza biopsicosocial: factores que predominan
• Distorsiones cognitivas específicas para los trastornos
• Estrategias de regulación emocional equivocadas
• Conductas problema y su relación con el grupo social
• Posible diagnóstico del trastorno principal y secundarios
Una pista para pensar que podemos estar padeciendo un trastorno emocional:
1. Sentirse nervioso, angustiado, o muy tenso
2. Ser incapaz de controlar las preocupaciones
3. Tener poco interés o alegría por hacer cosas
4. Sentirse decaído, deprimido o sin esperanza
Todo ello, durante demasiado tiempo.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.
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