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Publicado: 19 de Enero de 2020
Había un padre que vivía con sus dos hijas: unas niñas muy curiosas que le hacían muchas preguntas. Algunas las sabía responder y otras no. Como pretendía ofrecer la mejor educación a sus hijas, las envió para pasar las vacaciones con un viejo sabio que vivía en lo alto de una colina.
Pasaron algunos días, cuando una de las niñas apareció con una preciosa mariposa azul y dijo a su hermana:
- ¡Esta vez, el sabio no va a saber la respuesta!
- ¿Qué vas a hacer? -le preguntó la otra niña-
- Tengo una mariposa azul en mis manos. Voy a preguntarle al sabio si la mariposa está viva o muerta. Si él dijera que está muerta, voy a soltar mis manos y dejarla volar hacia el cielo. Si él dijera que está viva, voy a apretarla rápidamente y así matarla.
Las dos niñas fueron al encuentro del sabio y preguntaron si la mariposa en su mano estaba viva o muerta.
Tranquilo, el sabio sonrió y le respondió: “Depende de ti. La mariposa está en tus manos”. Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro. Nuestra vida está en nuestras manos, como la mariposa azul. Nosotros elegimos qué hacer con ella… solo nosotros.
Silvia Bautista. Psicóloga. Collado Villalba. Madrid.